Las emociones afectan a nuestro cuerpo y a nuestro pensamiento, ¿o es el pensamiento el que afecta a las emociones? Estos pensamientos y emociones afectan a nuestra salud.
En nuestro día a día casi nadie pregunta ¿Cómo te sientes?, sino ¿Qué piensas? Yo utilizo mucho la palabra “siento que…” Y la pregunta ¿Qué sientes?
Estaba en casa y visualicé una mujer que lloraba y que deambulaba de lado a lado en su despacho y aunque estaba deseando salir de allí, no podía hacerlo.
Sabía que pronto conocería a esta persona y así fue. Dos días más tarde Virginia estaba parada frente al centro en el que desarrollo mis actividades. Desorientada y con recelo miraba la puerta. Yo, justo en ese instante terminaba de guiar una meditación y comenzaba con la práctica de intercambio de reiki (es una sana costumbre que tenemos en el centro, finalizar las meditaciones con la práctica de reiki, por sugerencia de Marta, también maestra de reiki y dueña del centro)
Todo empezó con una intuición
Tuve la intuición de que debía salir hacia la puerta y dejar un momento que los componentes del grupo de meditación siguiesen dando y recibiendo reiki sin mí, por un instante. Sin pensarlo me excusé y salí a fuera. Le pregunté a Virginia si necesitaba información y no supo responderme. Enseguida le expuse las actividades que ofrecíamos y se relajó. Quedamos para vernos al día siguiente.
Venía muy nerviosa y me expuso que sentía que nada iba bien en su vida. Tenía claustrofobia, no podía dormir y sentía que todos le daban órdenes sin saber ya ni siquiera qué creer ni qué decidir sin la supervisión de los que le rodeaban.
A través de la relajación profunda (ingresando en el subconsciente) pudimos ver que se trataba del rol o personaje que se había formado de «niña buena» y que le venía de cuando era pequeña. Este rol le ayudó por mucho tiempo a sobrevivir a sus propias emociones y juicios de los demás. Además, era reforzado por sus padres, por lo que se sentía aprobada por ellos, cosa que la motivaba más a seguir con él.
Pudo volver a sentir las emociones que se negaba a sentir y dar voz a su niña interior.
- Se aceptó a si misma
- Sintió una gran liberación, sabiéndose a salvo y segura
- Empezó a controlar el rol de su vida
- Empezó a sentir seguridad
- Se permitió poner límites de forma asertiva, cada vez que lo necesitaba.
El tema de la claustrofobia, lo tratamos a través de una regresión a una vida pasada y puede decirse que ha conseguido superarlo con éxito. ¡Ah¡ y cada vez duerme mejor.