Conocí a Violeta tomando café al lado del instituto donde yo estudiaba, enseguida entablamos conversación. Su aspecto me llamó la atención. Parecía cansada y sus palabras solo transmitían queja; del tiempo que hacía, de lo que pasaba en el país, de lo caro que estaba todo… Yo intentaba darle alguna razón para que viese algo de luz entre tanta oscuridad. En esos momentos vi a una mujer mayor que estaba justo en su lado derecho bien pegada y como le hablaba todo el tiempo. Cada vez que hablaba Violeta de cómo se sentía, la mujer mayor recibía energía a través de la vibración de la voz y de campo de energía. Esto hacía que se debilitara.
Cuando intentaba hallar la forma de concentrarme para enviar a la luz a la mujer mayor, esta me explicó que era vecina de Violeta y que su sueño no acababa nunca. Le expliqué que no dormía y a su vez todo el proceso. Ella se quejaba de que su piso se había quedado vacío y era herencia para sus hijos. Se quejaba de dolor de barriga, le expliqué que ya no podía dolerle y, finalmente, fue consciente y dejó de dolerle. Ella solo pedía que el piso no se vendiera tan pronto y sobre todo que sus hijos le hiciesen una misa, que no le habían hecho, estos hechos le habían hecho entristecerse y bajar de frecuencia, no podía avanzar.
Le pregunté ¿por qué estás con Violeta?
Ella contestó que esta chica siempre había estado ayudándole y que era la única que le había hecho caso siempre. Accedí a hacerle llegar la petición a sus hijos. Ahora tenía que explicárselo a Violeta, fui describiéndole el aspecto de su su vecina y su petición. Ella estaba (como es normal) exhausta. Tiempo atrás tubo una muy mala racha y había bajado de frecuencia vibratoria (ánimo). Lo que ella no sabía es que debido a esto, estaba receptiva a atraer a un ser en la misma frecuencia que ella que la debilitaba energéticamente y le hacía sentir víctima de todo en la vida, cansada como si se arrastrase en todo momento.
- Me siento triste y rara conmigo misma
- Tengo una nube en la cabeza que no me deja ver con claridad
- Alguien me cambia las cosas de sitio
- Mi perro me ladra como si no me conociese.
Después de escuchar cómo se sentía, le expliqué la petición de su vecina y rompió a llorar, estaban muy unidas. Acto seguido le dije que la llevaría a la luz en el momento que ella supiese que se le iba a hacer una misa. Sus hijos no accedieron a la petición, pero Violeta sí. Solo al saber esta noticia, pude pasarla a la luz.
Fue tan maravilloso verla libre elevarse como ver a Violeta recuperar su optimismo y su alegría.
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