Somos energía. Nuestros pensamientos, sentimientos y palabras generan vibraciones que nos impactan de manera (que consideramos) positiva o negativa. Según vibras, creas. Esa creación repercute directamente en toda tu existencia, pues atraes circunstancias beneficiosas o no, en todas las áreas de tu vida. Impacta también allá donde estamos, donde vamos. En nuestro trabajo, casa y allá donde más rato permaneces. Deja huella, se carga en el vacío o ambiente.
María era una persona muy sensible y sensitiva, aunque no era del todo consciente. Era una persona muy positiva y siempre conseguía lo que se proponía. Fue ascendiendo en su trabajo y se decidió a comprar un piso más amplio para ella y sus dos hijos.
Desde el momento en el que se instaló, sintió una sensación extraña, como incómoda. Les costaba coger el sueño a ella y a sus hijos y en casa se sentían cansados y apáticos. El ambiente era extraño. De repente se sentían irascibles y no conseguían tener una comunicación entre ellos. Todo lo que el otro hacía molestaba. Se sentían agotados en casa y era como si todo lo viesen de forma pesimista.
María estaba tan incómoda en este piso, tanto, que había decidido venderlo muy a su pesar, pues era perfecto por ubicación, distribución y amplitud
Era perfecto con grandes entradas de luz y muy bien decorado, pero incluso las visitas tardaban poco en estar y se iban rápido o no volvían. Estaba desesperada y un día, pese a que nunca quiso compartirlo con nadie por miedo a ser tratada de paranoica, se lo explicó a su hermana. La hermana hacía un año había pasado por algo muy similar y le explicó cómo le había cambiado la vida después que le habían realizado una limpieza energética. Le ofreció mi número de teléfono y le animó a llamarme.
Reconocí enseguida lo que llamo vulgarmente chapapote o energía densa, en las esquinas o rincones altos, entre el techo y las paredes y en el vacío o ambiente, esa energía densa se desplazaba en algunas habitaciones más que en otras.
La energía no la habían cargado ellos con sus pensamientos, palabras, sentimientos. Esta energía ya estaba allí antes de que llegaran, pero ellos la recibían ahora que estaban viviendo en el piso.
El cambio de temperatura, la sensación de pesadez mental o embriaguez fue mi primera sensación, antes que lo pudiera visualizar. La sensación en el estómago de náuseas también. El aire parecía que se podía cortar.
Enseguida saqué mis herramientas de trabajo y en una hora todo estaba impoluto.
La familia no solo se quedó en el piso después de la limpieza, sino que cambiaron radicalmente su vida. Podían disfrutar de su tiempo libre en casa, disfrutando de la familia y amigos. El carácter les cambió y disfrutaban del sueño por la noche. La serenidad volvió a sus vidas y se sentían creativos y entusiasmados en su nuevo hogar. Todo volvió a la maravillosa normalidad. Aún hoy cuando nos volvemos a encontrar, se emociona sintiendo cómo la vibración ha cambiado en su hogar y cómo le ha cambiado la vida